El caballo criollo compañero inseparable del gaucho y Patrimonio cultural nacional de Argentina, tuvo su origen en los equinos traídos por los conquistadores españoles durante la colonización del continente americano. Después de varios siglos de reproducción natural, la Raza Criolla adquirió sus características fundamentales que hoy la distinguen de las demás razas caballares del mundo: rusticidad, resistencia y poder de recuperación
Sin embargo aquellos primeros siglos de formación del carácter de la raza criolla en la libertad de los pastizales de la pampa llegó a su fin. Sólo algunos grupos de estos equinos en poder de las tribus indígenas escaparon al mestizaje en el siglo XIX. Fue entonces que a partir de estos ejemplares, llegó,su recuperación y selección por parte de Emilio Solanet y otros ganaderos, pioneros en la cría de nuestra raza caballar a principios del siglo XX.
El caballo criollo argentino es parte de nuestra tradición y es la raza equina más importante del país por lo que fue declarado como Caballo Nacional y Patrimonio Cultural de la Argentina por Ley 27414 del 22 de noviembre de 2017
Características de la raza criolla
Eumétrico y mesoformo (medidas y formas medianas). Su tipo se corresponde con el de un caballo de silla, equilibrado y armónico. Bien musculado y de fuerte constitución, con su centro de gravedad bajo. De buen pie y andares sueltos, ágil y rápido en sus Movimientos. De carácter activo, enérgico y dócil, su característica racial está definida por su rusticidad, longevidad, fertilidad, resistencia, valentía, poder de recuperación y aptitud para trabajos ganaderos.
Estándar o Modelo Racial de la Raza Criolla
CLASIFICACIÓN:
- Orden: Perissodactyla
- Familia: Equidae
- Nombre científico: Equus caballus
- Nombre Común: Caballo criollo
DESCRIPCIÓN:
- Carácter: Activo y dócil
- Aptitud: Posee aptitud de silla, de temperamento tenaz y voluntarioso, que se caracteriza por ser veloz, resistente y rústico. El criollo es un caballo de trabajo utilizado por el gaucho o paisano para trabajar en el campo.
- Distribución: Con orígen en Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay se extiende por toda América
- Reproducción: Alta fertilidad, que va en aumento aún en edades avanzadas. (CONICET: Estudio genético)
- Promedio de vida: 30 años
CARACTERÍSTICAS:
El caballo criollo es de cuerpo grande y fuerte. Más largo que alto. Musculoso, ágil y rápido de movimientos. Es de carácter activo. Su pelo mas característico es el gateado, un bayo leonado.
- Morfología: Mesomorfo
- Tipo: caballo muy musculado, moderado en fuerza, pero ágil y rápido en sus movimientos.
- Tamaño: Ideal 1.44m, sin sobrepasar sobrepasar 1.48 m
- Peso Promedio: 450 kg
- Pelaje: Blanco, bayo, gateado, cebruno, lobuno, alazan, colorado, doradillo, zaino, oscuro, tordillo, moro, rosillo, overo
- Cabeza: corta, de base ancha y vértice fino, frente amplia, proporcionalmente mucho cráneo y poca cara, orejas más bien chicas, ojos inteligentes y expresivos, ollares dilatados.
- Cuello: longitud media, bien unido en sus dos extremidades, ligeramente convexo en su línea superior y casi recto en la inferior. Tuse fuerte
- Cuerpo: Cruz musculosa y poco prominente, línea dorsolumbar corta y recta, lomo corto y fuerte, grupa oblicua con inserción media de la cola. Pecho ancho y musculoso. Torso de gran desarrollo, costillas arqueadas, vientre profundo y lleno. Espalda inclinada y musculosa.
- Patas: Las extremidades son de buena osamenta y musculatura, con articulaciones y tendones resistentes, cuartillas fuertes y anchas, pie proporcionado y casco robusto.
Historia de la Raza Criolla
¿Cómo llegaron los primeros caballos a Argentina?
Los primeros equinos que poblaron nuestro territorio llegaron desde la península ibérica con tres corrientes colonizadoras españolas, Cristóbal Colón en 1492 a Santo Domingo, Alvar Núñez Cabeza de Vaca en Brasil 1541, y el Adelantado Pedro de Mendoza en 1535 que fundó por primera vez Buenos Aires. Los tres contingentes eran de raza andaluza considerada entre las mejores de Europa, por prevalecer en ella la sangre de los caballos berberiscos introducidos durante los ocho siglos de dominación mora de España. Eran rústicos de poca alzada y gran resistencia.
¿Cuál es el origen el caballo criollo en Argentina?
El orígen del caballo nacional tiene lugar en la Llanura Chaco-Pampeana, como descendiente de los caballos abandonados por los conquistadores españoles durante la fallida expedición para la primera fundación de Buenos Aires. Durante el prolongado sitio de los querandíes a Santa María de Buenos Ares, los habitantes comenzaron a comer sus caballos. Mas tarde al abandonar los españoles el fuerte, soltaron al resto de los equinos en la llanura, en donde se reprodujeron a un ritmo extraordinario. Cuando llegó Garay en 1580 había unos 12000 ejemplares. Se los llamó baguales y eran potros salvajes reacios a la captura y la domesticación.
¿Cómo nace la raza criolla?
Durante este largo tiempo de reproducción natural, la Raza Criolla adquirió las características fundamentales que hoy tiene el caballo criollo: rusticidad, longevidad, fertilidad, resistencia, valentía, poder de recuperación y aptitud para trabajos ganaderos.
¿Cómo se recuperó la raza criolla?
Emilio Solanet recuperó y perfeccionó la raza de caballos criollos, iniciando la cría planificada equinos de raza criolla en su estancia El Cardal en Ayacucho a principios del siglo XX. Como resultado en 1918 publicó el modelo estándar para esta raza, aprobado por el 80% de los criadores, y la sociedad Rural abrió el registro genealógico para la raza argentina. Posteriormente La Asociación Criadores de Caballos Criollos, fue fundada por un grupo de 40 criadores de la Raza el 16 de junio de 1923
Emilio Solanet primer promotor de la raza criolla
Emilio Solanet (1887-1979), fue un veterinario y dirigente radical, prestigioso académico y productor agropecuario, autor del libro Pelajes criollos, un verdadero clásico en la materia. Solanet afrontó el desafío de recuperar la raza criolla, para rescatar el caballo criollo en la pureza de la raza perdida entre tanta mestización.
Solanet, gran genetista y zootecnista, intuyó que para comenzar los registros de la raza, debía encontrar ejemplares criollos puros. En 1911 había viajado a Chubut donde suponía aún no había cruza y los ejemplares eran puros tras cuatrocientos años de selección natural.
Convencido de que el equino criollo primitivo se había adaptado a las condiciones más severas en la aislada Patagonia adquirió animales de entre una de las mejores tropillas patagónicas. Seleccionó ejemplares de las manadas de los indios Tehuelches, de la tribu del cacique Juan Schackmatr y su hermano Liempichun del río Senguer en Chubut, Finalmente compró 84 yeguas y padrillos. Se instaló entonces, en la estancia El Cardal, Ayacucho, provincia de Buenos Aires, para dar vida a su ambicioso proyecto.
Entonces, Solanet, siguió el criterio de seleccionar los ejemplares más fuertes y rústicos y del tamaño por él establecido. Así formó los primeros reproductores, hasta que en 1922, logró que la Sociedad Rural aprobara el modelo standard de la raza criolla por él concebido.
Proeza de los caballos criollos Mancha y Gato
Junto con aquel grupo inicial de caballos comprados a la tribu del cacique Juan Schackmatr, llegó a su propiedad el caballo criollo Mancha, que junto a Gato protagonizaron la memorable travesía que llevó a cabo Aimé F.Tschiffely de Buenos Aires a Nueva York entre 1925 y 1928
Como decíamos, Mancha y Gato eran dos de esos caballos indios chubutenses, llegados en arreo desde Colonia Sarmiento, descendientes de los caballos ibéricos de sangre árabe y berberisca producto de ocho siglos de dominación mora de España, traídos por don Pedro de Mendoza en 1535.
Los caballos que eran propiedad de Emilio Solanet fueron domados en su estancia de cría, El Cardal en Ayacucho. Recibieron sus nombres de los pelajes, ya que Mancha era de pelaje overo rosado manchado y Gato de pelaje gateado, tenían veteranos 15 y 16 años respectivamente. Allí se los regala al profesor suizo Aimé Félix Tschiffely, para su viaje como una forma de promover la raza criolla. Ambos estaban convencidos de la fortaleza de los dos fogueados y rústicos caballos criollos, de baja alzada y resistentes como pocos.
Los hazaña de los caballos criollos argentinos Mancha y Gato, fue que marcharon en 1925 desde Buenos Aires a Nueva York recorriendo 21.000 kilómetros en tres años y medio de viaje. La travesía fue un verdadero éxito. Un magnífico documento con toda la travesía se puede encontrar en este documento de la Municipalidad de Ayacucho
