El Cementerio de la Recoleta configura un verdadero museo a cielo abierto. Ubicado en el barrio de Recoleta de Buenos Aires, es una ciudadela de los muertos ilustres. Sus calles con monumentos, criptas y mausoleos, guardan los restos mortales de lo más granado de la sociedad argentina. Representan, además, una muestra de sus gustos escultóricos y preferencia de estilos arquitectónicos a través de las épocas. A partir de 1946 se lo considera Museo Histórico Nacional.
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Postales del Cementerio de la Recoleta
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Cementerio de la Recoleta Museo Histórico Nacional
Ubicado entre las calles las Junín, Quintana, Vicente López y Azcuénaga, el Cementerio de la Recoleta, el más antiguo de la ciudad de Buenos Aires, forma parte del casco histórico del barrio de Recoleta, junto a la Basílica del Pilar, y los claustros del Convento Franciscano hoy Centro Cultural Recoleta.
El Cementerio del Norte fue nombrado en 1946 Museo Histórico Nacional cambiando su nombre a Cementerio de la Recoleta en 1949. En sus más de 50000 m2 se distribuyen alrededor de 5000 bóvedas, de las cuales 90 fueron declaradas Monumento Histórico Nacional.
El Cementerio de La Recoleta de Buenos Aires está entre las tres necrópolis mas importantes del mundo junto al Cementerio de Père-Lachaise, en París, o al Staglieno en Génova.
…Y aunque Borges descansa en el Cementerio de los Reyes como se suele llamar al Cimetiere de Plainpalais, en Ginebra; alguna vez pensó en La Recoleta como su última morada y nos dejó estos versos:
Bellos son los sepulcros,
el desnudo latín y las trabadas fechas fatales,
la conjunción del mármol y de la flor
y las plazuelas con frescura de patio
y los muchos ayeres de la historia
hoy detenida y única. […]
Estas cosas pensé en la Recoleta,
en el lugar de mi ceniza.
Jorge Luis Borges
Fragmento de La Recoleta en Fervor de Buenos Aires Documento (1923)
Sobre los próceres y sus tumbas
Quienes habitan el Cementerio de la Recoleta?
El Cementerio de la Recoleta alberga 350.000 almas. Entre ellas, cinco firmantes del acta de Independencia nacional, cinco miembros de la Junta de Gobierno de 1810, veinticinco presidentes constitucionales, cuatro máximos gobernantes de facto, doscientos héroes de la Independencia y cien gobernadores provinciales. También personalidades del arte, la política y el deporte. (FUENTE: Gobierno de CABA)
Allí descansan los restos mortales de: Domingo Sarmiento, Guillermo Brown, Julio Roca, Lucio N. Mansilla, Felicitas Guerrero de Álzaga, Facundo Quiroga, Juan Bautista Alberdi, Miguel Cané, Luis Vernet, Aristóbulo del Valle, Eduardo Mallea, Benjamín Solari Parravicini, Álvaro Alsogaray y Raúl Alfonsín, entre otros.
Las tumbas de notables personalidades de la historia argentina más visitadas son: Eva Perón, Luis Federico Leloir, Luis Ángel Firpo, José Hernández, Victoria Ocampo y Adolfo Bioy Casares
Orígen del Cementerio de Recoleta
Originalmente llamado Cementerio del Norte, se creó en 1822 cuando se prohibieron los entierros en las iglesias. Fue el primer cementerio de la Ciudad. Empezó a adquirir su perfil aristocrático cuando fue remodelado en 1881 por Torcuato de Alvear.
El lugar donde está ubicado el Cementerio de la Recoleta era la huerta de frutales, lugar de retiro y jardines del Convento de la Orden de los Franciscanos.
Era costumbre, por esa época, enterrar a los humildes en el campo santo a los costados de la Iglesia y a las personas de mayores recursos en su interior, en paredes y pisos. Cuando falleció Juan de Narbona en 1750 fue enterrado en el interior de la Iglesia del Pilar.
Durante el mandato de Bernardino Rivadavia como Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores (1820-1824), integrando el gobierno del General Martín Rodríguez en la Provincia de Buenos Aires, tuvo lugar la reforma religiosa de 1822, en que se prohibieron los entierros en las iglesias.
Así se creó el Cementerio del Norte, el primer cementerio público de la Ciudad de Buenos Aires. El proyecto original fue obra del ingeniero Felipe Bertres.
Luego en 1828 Manuel Dorrego, gobernador de Buenos Aires, lo amplió a su dimensión actual.
Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas (1828-1832) se encomendó la organización interna a Próspero Catelin, autor de la fachada de la Catedral Metropolitana.
Remodelación del Cementerio del Norte
Los aires de cambio llegaron en 1881, de la mano del intendente de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, quien ordena la remodelación del Cementerio del Norte dentro del plan de obras del Paseo de la Recoleta.
El ingeniero y arquitecto Juan Buschiazzo, que desde 1880 integraba el departamento de Ingenieros Municipales, enfrentó numerosas polémicas y oposición por parte de los higienistas quienes opinaban que, el enterratorio debía trasladarse lejos del centro. Buschiazzo propone una solución técnica que revierte la situación, que se basa en la forma en que se envuelven los cadáveres, el cierre hermético de los ataúdes y la cremación. Aplicando las mas novedosas teorías de los higienistas franceses e italianos, logró refuncionalizar un espacio de servicios antihigiénico para convertirlo en un espacio de alta significación simbólica.
Juan Buschiazzo rediseña la traza del cementerio con criterios urbanísticos, avenidas principales, diagonales y calles, plazas y arboledas, pavimentos y desagües.
Para el acceso y el último homenaje a los difuntos proyecta el peristilo de estilo griego, compuesto por 4 columnas dóricas de fuste acanalado sin base, que está ornamentado en su cornisamento por bajorrelieves, en forma de 13 alegorías, referidos al tiempo, la resurrección y la eternidad.
La cornisa, coronada por un ático, lleva la leyenda “Requiescant in Pace,” “Descansen en Paz” en el lado exterior y en el lado interior se lee “Expectamus Dominum” que significa: “Esperamos al Señor”.
Este pórtico de acceso con su carácter monumental imprime un nuevo estilo al cementerio.
Los primeros sepulcros en el Cementerio de la Recoleta
La historia del Cementerio de la Recoleta se puede leer en las fachadas de sus calles. Los primeros sepulcros están representados por túmulos, rodeados en algunos casos por una reja, donde varios muertos yacen apilados. Un motivo que se reitera en las tumbas de la primera mitad del siglo XIX son los monolitos centrales rodeados por una reja que presentan en su frente dos tibias cruzadas y una calavera, símbolo de la muerte y de la fugacidad de lo material.
Posteriormente se empezaron a construir tumbas de ladrillo y revoque, con columnas, frisos y alegorías.
Representativo de esta época es el sepulcro de Juan Ortiz de Zárate (1511-1576) Adelantado del Río de la Plata cuyos restos fueron trasladados a este lugar cuando se inauguró el cementerio en 1822
Los que siguen a continuación son solo algunos ejemplos de este período de tumbas materializadas en forma de túmulos, columnas, obeliscos y pedestales que conmemoran a sus ilustres propietarios.
- La bóveda de Manuel Dorrego (1787-1828) gobernador de la Provincia de Buenos Aires, derrocado y fusilado por el Gral. Juan Lavalle.
- El sepulcro de Cornelio Saavedra (1759-1829) presidente de la Primera Junta de Gobierno en 1810.
- El monumento al General Martín Rodríguez (1771-1844) gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
- El sepulcro de Mariquita Sanchez de Mendeville conocida como de Thompson (1786-1868) en cuya casa de la calle Florida se cantó por primera vez el Himno Nacional.
- El monumento a Valentín Alsina (1802-1869) hombre de leyes, escritor y dos veces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Junto a la sepultura de Guillermo Brown se encuentra la bóveda con forma de gruta, construida en piedra por el poeta Carlos Guido Spano, hijo de Tomás Guido, para albergar los restos de su padre (1866)
La suntuosidad llega al Cementerio de la Recoleta
La renovación fue acompañada por la construcción de bóvedas y monumentos de ricos materiales y artístico diseño. Con el tiempo se constituyó en el cementerio más aristocrático de Buenos Aires, reservado para las familias adineradas y personajes ilustres.
Ya no son solo los asuntos religiosos, retablos, pulpitos e imágenes sagradas, los que dominan la imaginería alegórica. La producción artística de monumentos funerarios, lápidas y bóvedas, están en manos del sector laico de la población con una considerable influencia masónica.
Quedó en el pasado la tradicional talla en madera del período hispánico, para introducirse en la utilización del mármol y el bronce propios del neoclasicismo francés, tendencia dominante en el quehacer artístico de la época.
A partir de la renovación urbanística de 1882 la ciudadela mortuoria, comenzó a poblarse con mausoleos, algunos replicando “diminutos palacios”, de variados estilos arquitectónicos que reflejaban los gustos de sus ilustres moradores.
Columnas, frisos y cúpulas eran coronadas por místicas alegorías: relojes de arena o de agua, alas, coronas, escudos entre otros. Las calles están pobladas de ángeles, dolorosas y bustos de los personajes cuyos restos reposan en elaborados mausoleos. Fachadas y puertas, enriquecidas por nobles materiales que estimulan la ilusión de eternidad como las piedras, mármoles y granitos, y el hierro para rejas y cerramientos que comienza a usarse en arquitectura con fines estéticos.
Es enorme la cantidad de obras arte; monumentos, esculturas y bajorrelieves; que se encuentran en este museo a cielo abierto.
Sobre la avenida central, en la rotonda de donde salen todas las calles a los distintos sectores del cementerio se destaca el Cristo del escultor argentino Pedro Zonza Briano realizado 1914.
A este período pertenecen el mausoleo de Juan Bautista Alberdi (1810-1884), la tumba de Enrique Mosconi, el mausoleo de los Caídos en 1890 en donde se encuentran los restos de Leandro N. Alem, mausoleo de Manuel Quintana, bóveda de José Hernández, mausoleo de Domingo Faustino Sarmiento.
El mausoleo de lujo
Hacia el final de la avenida central se encuentra una de las obras más importantes del cementerio, el mausoleo del Dr. Carlos Pellegrini, Presidente de la Nación en 1890 y fundador del Banco de la Nación Argentina. La obra fue encargada por el Jockey Club, del cual fuera fundador, y realizada por el escultor francés Marius Jean Antonin Mercié. El conjunto escultórico representa al Dr. Pellegrini rodeado por alegorías de la Argentina, la Agricultura y La Ganadería.
Relatos de guerra, amor y muerte
Elegimos contar sólo cuatro historias que destacan por la importancia de sus personajes. Odios, amores, muertes inesperadas, o muertos que tienen que escapar de la pasión de los vivos, siempre hay alguna parte de la historia que se desvanece en la grieta del tiempo. Aún con distintas fechas para los mismos acontecimientos y variadas hipótesis y versiones de distintos historiadores, reconstruimos una breve historia de cuatro de los más icónicos sepulcros de Recoleta.
General Juan Facundo Quiroga (1793-1835)
La primera historia, es la del sepulcro del caudillo federal, gobernador de La Rioja General Juan Facundo Quiroga (1793-1835), apodado El Tigre de los Llanos. El sepulcro de Quiroga se destaca, porque La tumba exhibe la primera obra de arte que ingresó al cementerio de La Recoleta. Se trata de una imagen de la Dolorosa con los rasgos estilizados de la viuda, Dolores Fernández de Quiroga. Realizada en mármol de carrara, traída de Milán, fue obra del escultor italiano Antonio Tantardini. Está rodeada de rejas y tiene un monolito central sobre el que descansa la escultura.
FUENTE: FADU UBA
La historia cuenta que Facundo Quiroga fue asesinado por una partida de 32 hombres en Barranca Yaco el 16 de febrero de 1835, y el cuerpo del caudillo riojano tuvo un destino azaroso. Deambulo por distintos enterratorios en manos de los autores intelectuales de su asesinato, probablemente Estanislao Lopez y juan Manuel de Rosas, hasta que su esposa reclamó sus restos para traerlos a Buenos Aires.
El 7 de febrero de 1836 los restos mortales de Quiroga fueron trasladados -en una suntuosa carroza pintada de rojo, flanqueado por una multitud y honrado con honores militares y cívicos dispuestos por Rosas-, y se depositaron en la iglesia de San José de Flores. Según algunos historiadores, meses después, el féretro ingresó a la ciudadela de la Recoleta, y permaneció hasta 1869 en algún lugar que nadie recuerda. Se dice que en 1870 llegó a su sepulcro actual al cual se colocó una placa conmemorativa con la siguiente leyenda:
“Aquí yace Juan Facundo Quiroga, luchó toda su vida por la organización federal de la República. La Historia imparcial, pero severa, le hará la justicia que se merece alguna vez”.
Placa recordatoria del sepulcro de Facundo Quiroga
Pero la historia no termina allí. En el 2004 se descubrió que Quiroga yace sepultado de pie detrás de un muro en la bóveda de la familia Demarchi Quiroga. El estudio lo realizó el centro de Arqueología Urbana que retiró además un corazón oxidado con una leyenda ilegible y recomendó la restauración del sepulcro, que va camino de su total destrucción.
Según el testimonio de la familia, el féretro fue escondido por decisión de Antonio Demarchi casado con Mercedes Quiroga, hija de Facundo. En 1876 cuando murió Rosas en Londres, ante los ataques antirrosistas, de los cuales fue objeto el monumento funerario de Quiroga, el féretro fue secretamente trasladado para evitar que se ultrajaran sus restos.
Guillermo Brown (1777-1857)
Guillermo Brown, fallecido el 3 de marzo del año 1857 era de origen irlandés. Fue el Primer Almirante de la Armada Argentina y presidió la flota que destruyó el poderío marítimo español en el Río de la Plata. Además venció a la flota del Imperio de Brasil en 1827.
El monumento se erigió por decreto del gobierno. El bronce de la urna que contiene sus restos, se obtuvo de fundir los cañones de los barcos bajo su mando. La sencilla columna fue innovadora para su época por la utilización del hierro fundido, en ese momento en auge como material en arquitectura. Remata en un capitel con alegorías de cascos y velas de navíos antiguos.
Elisa Brown, hija del almirante Guillermo Brown, fallecida trágicamente el 27 de diciembre de 1827, debió trasladarse por distintos enterratorios antes de llegar en 1957 a su destino actual, al mausoleo de su padre, según consta en fuentes oficiales del Instituto Nacional Browniano.
La historia cuenta que Elisa estaba comprometida con el marino Francisco Drummond, quien murió valerosamente en batalla durante la guerra con el Brasil. Poco después Elisa muere ahogada en el Río de la Plata. Se fue a bañar a las seis de la tarde y se ahogó en el canal de las Balizas, a la vista de su hermanito menor que la acompañaba. Sus padres mandaron colocar una lápida con una leyenda que parece referirse a una corriente del río:”Victim of the treacherous wave”. La leyenda convirtió a Elisa en una heroína trágica y a su muerte en un suicidio por amor. Autores de ficción, dicen que la joven tomó la decisión de quitarse la vida arrojándose al Río de la Plata, vestida con el traje de novia que no pudo estrenar para la boda.
Rufina Cambaceres (1883-1902)
Según cuenta la historia Rufina Cambaceres, era hija del escritor Eugenio Cambaceres, y de una dama, -una artista nacida en Trieste- a la que la alta sociedad no aceptó. En 1883 nació la hija de ambos, Rufina. Eugenio muere en 1892 de tuberculosis.
La parte de la historia que no es tan conocida es que Rufina poco después de la muerte de su padre se convierte en la hijastra de Hipólito Yrigoyen quien fuera presidente por dos períodos 1916-1922 y 1928-1930.
Luisa Bacichi (1855-1924) es el tercer y último amor de Hipólito Yrigoyen. En 1897 nace Luis Hernán Yrigoyen Bacichi hijo de ambos y hermanastro de Rufina.
La historia tiene un final inesperado cuando en 1902 al cumplir 19 años Rufina sufre un desmayo. Tres médicos la revisaron, la declararon muerta, y la sepultaron. Luego se descubrió que el féretro mostraba signos de haberse intentado abrir, en ese momento se supuso que Rufina habría sido sepultada viva y la madre construyó un monumento art nouveau donde su escultura intenta abrir la puerta para liberarse.
Eva Duarte de Perón (1919-1952)
El sepulcro tal vez más visitado en La Recoleta es el de Eva Duarte de Perón, esposa del que fuera tres veces Presidente de la República, General Juan Domingo Perón.
“Evita” es una figura emblemática de la Argentina. Polémica por su enfrentamiento con la oligarquía y las fuerzas militares, amada por las multitudes, luchó por los derechos de la mujer, del niño y de las clases sociales más humildes.
Enferma de cáncer de útero fallece, tras una penosa agonía el 26 de julio de 1952, a los 33 años. Al morir pesaba 34 Kg y su cadáver fue embalsamado. Se decretó duelo nacional por un mes. El féretro fue ubicado en la capilla ardiente dispuesta en la sede de la Secretaría de Trabajo y Previsión, Se calcula que durante los catorce días que duró el velatorio, medio millón de personas desfilaron delante del féretro rindiendo su póstumo homenaje, otro tanto sucedía en las capillas ardientes levantadas en todo el resto del país.
El féretro fue transportado en una cureña de guerra por los obreros de la CGT y fue albergado en la Central Obrera (CGT), tras recibir los honores de un jefe de estado aunque no había tenido cargo alguno.
A partir de entonces y hasta la libertadora, se escuchaba en la radio diariamente “Son las veinte y veinticinco, hora en que Eva Perón entró en la inmortalidad”
Con el triunfo de la Revolución Libertadora en Septiembre de 1955, el cadáver fue retirado en la medianoche entre el 19 y el 21 de Septiembre de 1955 por un grupo comando del SIE al mando del general de brigada (R) Jorge Dansey Gazcón, entonces oficial del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), FUENTE: La Nación artículo
Según revelaciones hechas en junio de 2012, 56 años después del hecho, al Diario La Nación, Dansey afirma que lo hizo por decisión propia y para evitar un atentado contra el cuerpo. Desde entonces el cuerpo migró secretamente por distintas dependencias de la SIE, pero se dice que aparecían velitas en la vereda del lugar en que se albergaba el féretro, por lo que se consideró que el cuerpo no estaba seguro y se toma la decisión de enviarlo secretamente al cementerio Maggiore en Milán, Italia, donde permaneció durante 14 años bajo el nombre de María Maggi Magistris.
Hay distintas hipótesis sobre lo que sucedió desde el secuestro del cadáver hasta su partida a Italia: de quien fue la responsabilidad, quienes intervinieron y que papel desempeñó la Iglesia. Pero en verdad la historia que trasciende los hechos es que Evita inspiraba un profundo temor en las fuerzas militares, por su enorme capacidad de convocar a las multitudes populares, durante su vida y después de su muerte. El afán de proteger el cuerpo que manifiesta Dansey estaba dirigido a que el cuerpo de la entonces denominada Jefa Espiritual de la Nación, no fuera tomado por el pueblo como bandera de su lucha popular, y que para evitar este hecho, integrantes de la marina decidiera su destrucción.
En 1971 el cuerpo le fue devuelto al General Perón quien lo tuvo en su residencia de Puerta de Hierro en Madrid hasta 1974 año en que lo trasladó a Argentina, donde permaneció en la Quinta Presidencial hasta 1976, fecha en la que se lo trasladó a la cripta familiar en La Recoleta.
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ATRACCIONES
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Cómo llegar al Cementerio de Recoleta
Junín 1760, C1113 Recoleta CABA
Colectivo 10 | 17 | 37 | 38 | 41 | 59 | 60 | 61 | 62 | 67 | 92 | 93 | 95 | 101 | 102 | 108 | 110 | 118 | 124 | 130
Tren BELGRANO NORTE. SAN MARTÍN
Subte H estación LAS HERAS o FACULTAD DE DERECHO
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